Se trata de un pintoresco pueblo situado en la parte más meridional de la Sierra Tramuntana, con una gran diversidad de paisajes, pues en la parte norte es bastante montañoso con alturas superiores a los 1.000 metros (Sierra de Alfabia) y si embargo en la zona sur, con llanuras inferiores a los 100 metros. Está atravesado por los torrentes de “Coa Negra y Es de Bunyola” que desemboca en el Torrente Gros.  Sus construcciones son en su mayoría, casas de piedra reclinadas sobre las faldas del monte.

Con referencia a la ascendencia del nombre, hay bastante confusión y su procedencia no está demasiado clara, ya que existen varias teorías al respecto. Mientras para unos proviene del árabe “bunia” (construcción hecha de cal), para otros nace de la palabra latína “vinéala” (viñedo pequeño). Asimismo los hay que sostienen la teoría, de que puede derivar de “balneol” (pequeños baños) e incluso para otros grupos, es consecuencia del vocablo griego “bunos-bunia” (montaña).

Limita en el norte con Escorca y Sóller, Palma y Marratxí, en el Sur, Santa María del Camino y Alaró, al Este, Esporles al Suroeste y Deià y Valldemossa al Oeste. Tiene una superficie de 8.414 hectáreas (donde se encuentran los 6 municipios más grandes de la isla) y con unos 6.172 habitantes.

Esta comarca está formada por tres poblaciones: “Bunyola, Orient (pueblecito con muy pocas casas) y Palmanyola”. También está compuesta por una gran variedad de Posesiones tales como: “Raixa, Alfabia, Son Amar y Son Termes (ambas convertidas en espacios de espectáculos), las fincas De Son Más, Son Cavallería, Coma-Sema S´Alqueria Blanca, S´Alqueria d´Avall, Son Creus, Honor S´estremera, Barcelona, Biniforani, Biniatzar, Biniforani, s’Estremera Vella, Son Palouet, Biniatzar etc.”

Orient, se encuentra en un precioso valle denominado “Valle de las Manzanas” a unos 9 km de Bunyola y al pie de la sierra de Alfabia. Su nombre se cree que deriva del latín “Aureus” (dorado). Sus orígenes se remontan al siglo XII. Está compuesto por una veintena de casas, que fueron abandonadas durante el siglo pasado y restauradas recientemente. Se respira una tranquilidad y un silencio tan grande en este lugar, sólo roto por el ruido que ocasionan a veces los rebaños, que favorece en gran manera a cualquier tipo de retiro espiritual. Por una estrecha escalera se accede a la iglesia construida en el año 1.796 y donde se guarda un crucifijo fabricado con madera de ciprés, que está considerado uno de los más antiguos de toda la isla. Su portal esta adornado con azulejos representando escenas de lucha entre Sant Jordi y el dragón. A un lado de la iglesia hay un pequeño cementerio y como curiosidad contaremos que muchos aldeanos, tienen por costumbre poner en sus casas como sistema de protección, ramas de olivo o laurel.

Os dejamos unas imágenes preciosas de Es Salt des Freu, en Orient. 

 

Palmanyola (nombre compuesto por Palma y Bunyola), es una urbanización residencial situada entre estas dos localidades, formada por villas o casas adosadas y reconocida como agrupación “Local Menor” desde el año 1987.

Raixa, en tiempos antiguos de nombre “Araixa”, perteneció después de la conquista catalana al “Conde de Ampurias”, para finalmente pasar al cardenal “Antoni Despuig i Dameto”, que como era un gran coleccionista de arte y antigüedades romanas, llegó a coleccionar tal cantidad de piezas, que con ello consiguió transformar la original finca de origen agrario, en todo un suntuoso palacio, en el que destacan 10 arcos en el jardín, una capilla, patios y, estanques, entre los cuales se encontraba uno que estaba considerado, como el depósito de agua más grande en toda la isla, también miradores, la famosa escalinata, presidida por una estatua del “Dios Apolo”, y flanqueada por otras esculturas, grandes jarrones e infinidad de cipreses y preciosas flores.

El cierto aire de romanticismos que se respira en el entorno sirvió como inspiración para poetas y escritores. Como el notable “Santiago Russinyol” que fue capaz de plasmar jugando con los colores, toda la belleza de estos jardines. También se utilizaron como decorado para rodar dos celebres películas: «Muerte bajo el sol» basada en la novela de Agatha Christie, con Peter Ustinov y «Bearn” (o la sala de las muñecas”, basada en una novela de Llorenç Villalonga, con Fernando Rey, Imanol Arias y Ángela Molina como protagonistas. Raixa, tiene actualmente la catalogación de “Bien de Interés Cultural (BIC)”.

Alfabia, cuyo nombre antiguo era “Al-Fabi” (jugo de oliva), es una antigua alquería de casa palaciega situada a 2 km. del pueblo en dirección a Sóller, con una majestuosa fachada, puertas de bronce, adornos barrocos, entrada con incrustaciones de marfil islámicas, inscripciones árabes y un patio de acceso, también de origen musulmán. Esta casa según cuenta la historia, fue la residencia de un gobernador moro llamado “Ben Abet” que la recibió, como pago a su cooperación y ayuda, al facilitar durante la invasión catalana, provisiones para el ejército. Aún se conserva en un museo del interior, su espada y una silla denominada “La cadira del rei moro”. Si por algo es muy famosa esta finca, es por sus espectaculares jardines donde se mezclan varios estilos, tanto árabes, ingleses o italianos y que están atravesados por una enorme pérgola sostenida por unas sesenta columnas e infinidad de originales plantas y árboles como rosas, lirios, violetas, buganvillas, magnolias, hiedras, bambús, acacias, palmeras, higueras, naranjos, limoneros y todo ello acompañado por estanques llenos de nenúfares que proporcionan un agradable perfume y al mismo tiempo, un relajante ruido del agua que emana de los diferentes surtidores, fuentes y originales cascadas. Todo este bello conjunto, consiguió que este lugar fuera declarado en 1.954 “Monumento Artístico Nacional”

En cuanto al tema de las posesiones, contaremos que con el apoyo del ayuntamiento y varias empresas particulares, se presentó en los jardines, el libro titulado “Les possessions de Bunyola” de Àngels Fermoselle (asociación ARCA) e Historia i patrimonio” (Bárbara Suau Font, Gaspar Valero y Jaume Mateu Verdera).

Asimismo, esta región cuenta con uno de los bosques más extensos de la isla (propiedad municipal). “Sa Comuna”, con una extensión aprox. de unas 1.111 «cuarteradas», es una amplia área montañosa cubierta de pinares, encinas, plantas típicas como romero, brezo o madroño, donde se realizan variadas actividades deportivas, como el excursionismo o la escalada, coronada por el “Penyal d´Honor” de unos 819 metros y donde se encuentra la “Cueva de Son Creus”, de interés espeleológico. Antiguamente era un territorio relacionado a los recursos forestales que ofrecía la naturaleza (madera, caza, setas) y carbón vegetal, fuente principal de energía para cocinar u obtener calor, sobre todo hasta el siglo XX, que fue cuando se renovó por otros sistemas energéticos. El carbón se elaboraba en las tradicionales “Sitjas”, donde la leña tardaba unos 15 días en quemarse, para luego guardarse en almacenes y posteriormente trasladarse a la capital. Cerca de la zona de trabajo, se levantaban barracas a modo de viviendas para los carboneros y sus familias, construidas con piedras y cubiertas de carrizo. A veces, también, se construía un horno de pan, así como un cercado para los animales que se utilizaban para el trasporte de las herramientas. El trabajo de carbonero era muy duro y el dinero que se recibía para tal labor se negociaba previamente con el dueño y podía consistir en un trabajo a jornal, o como el cobro de una parte de la producción obtenida. La mujer, se ocupaba de las tareas domésticas, buscar agua y recoger carbonillas.

Sobre el tema de los oficios en aquellos tiempos, habían otros muy populares como el de “Nevaters”, que consistía en recoger nieve de las cumbres, conservarla en unos depósitos especiales excavados en el suelo “Casas de neu”, para luego utilizarla para la conservación de alimentos. También eran notables las labores para el cultivo del olivo y su posterior e importante producción de aceite.

Haciendo referencia a la fauna y caza ya era famosa la del tordo, que se practicaba durante el otoño, se realizaba con redes y que aún hoy en día sigue estando en vigor, aunque bajo rigurosos controles. Aparte de toda la riqueza natural de la comarca, se pueden encontrar algunas parejas de aves como el Milano Real, actualmente en peligro de extinción.

Como crónica referente a los festejos propios de la región, podemos decir que son variados y destacaríamos entre ellos, “Las Beneïdes de Sant Antoni” que se celebra el primer domingo del mes de Enero, La “Fiesta des Quarteró” último domingo de enero, “El domingo de Ángel”, “Santa Catalina Thomás” 28 de julio, las Fiestas parroquiales de la “Mare de Déu de les Neus” (patrona del pueblo), conmemoración del 5 de agosto, “Sant Mateu” (patrón del pueblo) 21 de septiembre (con homenajes a la Vejez) , la “Vigilia de Santa Catalina” 24 de noviembre. y el 4 de diciembre, el día “Santa Bárbara” (otra patrona del municipio). Todas ellos acompañados de verbenas, bailes populares, recitales, competiciones, talleres, hogueras, meriendas y concurridas comidas.

Al hablar de fiestas, no podemos dejar de señalar el “Festival Internacional de Música” que viene celebrándose desde el año 1.984, así como el del piano desde 1.993. También son muy conocidos tanto por isleños como peninsulares, los bailes folclóricos “Ball de Bot” con escuela propia en esta vecindad.

Este municipio cuenta con restos paleolíticos, como el “talaiot circular de Coma-sema”, que es uno de los más bien conservados, los dos de “s´Alqueria Blanca, otro par de “Son Palou” y el del “Pujol”. También resaltaremos qué en el año 1.954 se encontraron durante las obras de una carretera, restos prehistóricos del “Myotragus Baleàricus” (especie extinguida de cabra autóctona de Baleares). Siguiendo adentrados en la historia, también resaltaremos la importancia de los restos mineros de “galena de Son Creus” de origen romano y conocida popularmente como “Mina de los Moros”. También se descubrió en su interior una lampara de la época bizantina, qué con toda probabilidad se utilizaba en aquellos tiempos para iluminar las grutas.

Hace años y promovida por varios empresarios del pueblo de Sóller se asentó en Bayalbufar la industria textil, actividad desconocida hasta entonces y que se instaló junto a la nueva estación de tren, circunstancia que sirvió para transformar el panorama social y económico de la zona, ayudando a que muchas mujeres, pudieran desempeñar sus funciones en el mercado laboral y poder acceder a una pensión a la hora de su jubilación. Todos estos relatos, se pudieron contemplar en una exposición organizada por “Garcías, Suau y Canals”, en la que se exhibían gran cantidad de fotografías y documentación al respecto, tales como un plano industrial en el que se podía observar, los cien telares que antiguamente se utilizaban en una fábrica.

Con referencia a la arquitectura, destacaremos la Iglesia de estilo barroco de “Sant Mateu” del año 1.756, situada en la plaza mayor y cuyo interior conserva una estatua del siglo XIV, que representa a la “Mare de Déu de les Neus”. También en este espacio se encuentra ubicado el Ayuntamiento del pueblo.

Desde el año 1.912, se puede llegar a Bunyola en el tren de Sóller, ya que en su ruta atraviesa este pueblo y al mismo tiempo uno puede disfrutar de unos bellos parajes durante el recorrido. También existe otra opción en cuanto a transporte público y se trata de un autobús que tarda una media hora en realizar el trayecto y comunica la población con la capital, pasando por Palmanyola y el Hospital Joan March.

El mercado popular se celebra los sábados en la plaza principal y los visitantes pueden adquirir a lo largo de toda la mañana, gran variedad de mercaderías frescas y traídas directamente por los agricultores.

En la zona se pueden realizar actividades deportivas, actividades juveniles (Vida Sport, CB), otras destinadas a realizar vuelos sin motor (Club Vol), así como también se puede practicar el golf en campos cercanos.
En cuanto a la gastronomía local, explicaremos que debido a ser una tierra de gentes que se dedicaban al carbón, uno de los platos más típicos es “sopes de carboner”, que consiste en una mezcla de fideos y habas. Destacan también los menús a base de carne de caza con setas y los más golosos, podrán deleitarse con unos populares buñuelos elaborados con boniato (típicos para las fiestas de Santa Catalina) o con un postre a base de almendras y azúcar llamado “tambó d’ametlla”. También son extraordinarias las naranjas de la comarca.

De bebidas destacaríamos, los anises, hierbas dulces o secas, ron, así como otra muy representativa elaborada en las “Destilerías A. Nadal” y llamada “Palo Túnel”, cuyo nombre hace un guiño al tren de Sóller.

Respeto a la oferta de restauración, son muchas y variadas las posibilidades que puede ofrecer esta zona, por tanto señalaremos algunas de ellas: Bar Es Passeig, Cafe Restaurante Central, Bar Paris, S’hort, Antic, Cafe Tramuntana, Cafe Bar/ Restaurant Ca’n Topa, Son Termens, Can Penasso, Molí des Torrent , Antic Grill, D’alt Des Coll, La Terraza de Bunyola, Els Fogons de Plaça, Restaurante Moon, Mandala y muchos más.

Actualmente como ya hemos comentado que sucede en otros muchos lugares debido a su proximidad con la capital, esta demarcación se ha convertido en una ciudad dormitorio y es uno de los lugares preferidos, por todas aquellas personas que buscan un punto de paz cercano a todos los servicios y al mismo tiempo, acompañado por hermosos paisajes.

Artículo redactado por Maggy Barceló y algunas imágenes de Pep Bonet, colaboradores

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