Este precioso pueblo de Deià, situado en el flanco noroeste de la Serra de Tramuntana entre Valldemossa, Sóller y Bunyola, en un verde valle y con una singular pendiente, antiguamente era un lugar de cultos, grutas y también de abundante caza. En esta zona durante el año, se llega a acumular bastante agua de lluvia, lo cual ocasiona que pase un torrente por el pueblo y también que haya varias fuentes a su alrededor.

Su nombre es originario del tiempo de los musulmanes y significa “Aldea”, aunque antaño su nombre era “Haddayan”.

A principios del siglo XIII (después de las Cruzadas), se construyeron en la zona tres monasterios católicos romanos: Son Rul.lan, Ca l’Abat y Miramar. Sus emblemas aún pueden distinguirse en los escudos de Deià y Miramar.

Antiguamente tenía una gran cantidad de huertos, todos ellos construidos mediante franjas o márgenes, con el fin de conseguir parcelas horizontales para el cultivo, que de otra forma hubiera sido imposible a causa de los desniveles del terreno. Para ello, también tuvieron que ingeniárselas para disponer de un sistema de regadío y drenaje, que en la actualidad aún se sigue utilizando.

Las casas la mayoría de piedra típicamente mallorquinas, adornadas con buganvillas y variadas plantas, dan color y se acoplan perfectamente en el paisaje de la sierra.

El punto más elevado de este municipio es el Puig del Teix (1.062 m). Deià es un paraíso dentro de nuestra Sierra.

En tiempos de la conquista cristiana, esta localidad fue parte integrante de Valldemossa, aunque siempre gozó de una notable autonomía, hasta el año 1.583 en el que los dos pueblos se separaron. En parte debido a los continuos enfrentamientos que tenían en el momento de administrar justicia, el alcalde de Valldemossa y el Abad del monasterio de San Bernat de La Real.

Este pleito entre ambos tuvo una duración de unos cincuenta años, hasta que en noviembre de 1.583 mientras reinaba Felipe II, en el curso de una reunión organizada por sus habitantes, se procedió a la lectura de una sentencia, en la que se ordenaba a partir de la fecha, la separación de las dos localidades. Actualmente fuera de la iglesia, se encuentra una placa conmemorativa del suceso.

Su mayor riqueza fue la agricultura y el cultivo del olivo tuvo una gran difusión. También fue floreciente la plantación de cítricos, el ganado (lanero y cerdo negro), la pesca, cal y carbón. Como curiosidad contaremos que muchos de sus habitantes guardaban durante el invierno, cubos de hielo que luego destinaban para uso terapéutico.

Lo mismo que en otros lugares de la Sierra, la belleza de sus paisajes y su vida tranquila, fascinaron a grandes artistas que llegaron atraídos por su encanto, para más tarde, incluso quedarse a vivir en el lugar de forma permanente. Algunos de ellos fueron: los poetas Robert Graves y Laura Riding, Manuel De Falla (compositor), Russinyo y Junyer y Leman (pintores). Hace poco tiempo en el año 2.014 se publicó el libro de la escritora Heln Walsh, titulado “The Lemon Grove”, que estaba inspirado en esta bonita población.

                                                                   

Con referencia al poeta y escritor inglés Robert Graves, explicaremos que llegó a la provincia en busca de tranquilidad, después de haber sobrevivido a la Primera Guerra Mundial. Posteriormente conoció a la poetisa Laura Riding, y se instalaron en el distrito, hasta el inició de la Guerra Civil Española. Luego se trasladó a Inglaterra, para regresar posteriormente después de la Segunda Guerra Mundial. Durante todos estos años que estuvo lejos, continuó manteniendo su casa en la isla, donde finalmente falleció en el año 1.985. Durante su estancia, fueron muchos los notables personajes que lo visitaron como: La actriz Ava Gardner, Peter Ustinov o Sir Alec Guinness. Actualmente en esta casa que se llama “Can Alluny”, se encuentra un museo. Si continuamos nuestro paseo por la zona, llegamos al cementerio de la iglesia, donde encontraremos una pequeña tumba donde está enterrado este escritor inglés.

Para todos aquellos que sienten una especial atracción por la prehistoria, podrán descubrir gran cantidad de hechos muy curiosos en el Museo Arqueológico de Deià”, creado por el pintor/ arqueólogo William Waldren y que se halla situado en uno de los edificios más antiguos de la ciudad (se trata de un molino reformado).

En la actualidad Deià tiene una población de unos 850 habitantes (en sus años más florecientes llegó a tener muchos más), gentes que saben conjugar a la perfección sus habilidades artesanales con la agricultura y el turismo. También ha favorecido el hecho, de que no se haya permitido una construcción incontrolada en la demarcación, cosa que ha logrado conservar virgen el paisaje. Se pueden encontrar tantas casas señoriales totalmente restauradas, típicas mallorquinas o modernas, pero siempre sin perder su esencia tradicional.

Al mismo tiempo, también ayudo a su preservación el mismo archiduque Lluís Salvador, que cuando llegó a la isla en 1.867 (al principio con único propósito de realizar una enciclopedia sobre las Islas), al encontrarse con tan paradisiacos parajes y quedarse fascinado, además de realizar adquisiciones en la zona (como ya hemos comentado anteriormente), también implantó la prohibición de cazar y talar árboles. Las huellas históricas tanto del archiduque como del filósofo Ramón Llull (personaje muy querido y reconocido en la isla), se observan tanto la capilla en Miramar, como en el “palacete de Son Marroig, edificio renovado por el mismo infante.

Paralelamente cabe mencionar, que se trata de una de las poblaciones donde el filósofo instituyó un colegio, con el fin de convertir al cristianismo a los moros que vivían en el norte de África.

Para llegar hasta Deià, se tiene que coger la carretera principal de la costa. Al llegar, resulta un poco complicado aparcar (sobre todo en verano), por lo que es más aconsejable dejar los vehículos, en el pequeño aparcamiento público.

Para los amantes del tenis también es un lugar idea, ya que podrán recrearse, con partidos y el mar como telón de fondo, en el club municipal “Es Verger” o en el “Hotel La Residencia” (dispone de dos pistas), que era propiedad de Sir Richard Branson construido en los años 90 y que tiempo atrás recibió a muchos huéspedes celebres que allí se hospedaron, como: la princesa Diana o el cantante Robbie Williams. Allí los principiantes o los que quieran mejorar estilo tendrán la opción de poder perfeccionarlo, mediante una clase especial que les podrá ofrecer el famoso entrenador Shayne Tabb. Cerca y en una prensa reformada, está ubicado “El Olivo” que pertenece al mismo hotel, donde se puede saborear cocina Gourmet Mallorquina, con platos perdurables a manos del chef Guillermo Méndez. Este hotel se encuentra enclavado en unos parajes extraordinarios, ofrece trato inmejorable, excelente Spa y se ha convertido en unos de los rincones preferidos por grande artistas o celebridades, que llegan a la isla con el fin de relajarse por unos días de sus ajetreadas vidas. Antiguamente era propiedad de Richard Branson, pero actualmente pertenece al selecto “Grupo Belmond”. Este establecimiento suele aparecer a menudo, en las listas de los mejores lugares del mundo

Otro lugar muy bien situado que merece mencionar por su ambiente tranquilo, sus vistas de montaña y decoración escogida, es Hotel D’Es Puig”.

En lo alto de una colina con una amplia visión hacia la cala, se encuentra Sa Pedrissa se trata de un hotel del siglo XVII que perteneció a un noble Austriaco.

A la salida del pueblo, se encuentraEs Molí Hotel, un precioso y tranquilo lugar, que dispone también de unos bonitos jardines con vistas al pueblo, donde los huéspedes pueden desplazarse hasta la playa “La Muelta” utilizando el servicio de transporte que facilita el mismo hotel.

En cuanto a restaurantes, debemos sugerir Es Raco d’es Teixque es unos de los pocos restaurantes con denominación Estrella Michelín de la isla, situado en la calle principal y en la cima de una montaña, donde los comensales podrán disfrutar de una experiencia gastronómica muy especial a manos del chef alemán Josef Sauerschell.

A escasos metros, encontramos el” Restaurante Sebastián” donde otro chef también de origen germano nos deleitara bajo la luz de las velas con unos platos de estilo Mediterráneo y fusión asiática.

También es aconsejable visitar el popular “Café Sa Fonda. Situado cerca de la farmacia y al que se accede mediante una escalera de piedra. Se trata de un bar con cierto aire bohemio y que suele tener música en directo. Por allí han pasado varios artistas internacionales, acompañados por el músico inglés Kevin Ayers, que ha residido largas temporadas en Deià o por Joan Bibiloni, músico autóctono que también ha permanecido durante largos periodos en el pueblo.

En el centro encontramos “El Barrigón Xelini, que dispone de una amplia variedad de tapas y una agradable terraza. Por allí han pasado muchos famosos, cuyas fotografías aún decoran el local.
No se puede abandonar la zona si pasar por el restaurante rústico C’as Patro March”, con preciosas vistas a la cala. Un sencillo lugar para degustar un buen pescado o tapas y todo ello, acompañado por el sonido musical que producen las olas.

Si lo que preferimos es encontrar un buen lugar con productos gourmet o autóctonos de calidad, entonces debemos visitar “Es Forn que está situado en medio del pueblo.

La diversidad de sus variados paisajes, hacen que sea uno de los sitios preferidos por los excursionistas, ya que sus rutas están muy bien señalizadas y tanto se pueden recorrer sendas fáciles, como otras más complicados para los más experimentados. A lo largo del camino se encuentra el “Monasterio Miramar” y “Sa Foradada”, que es una pequeña península con un mirador impresionante.

A pocos kilómetros del pueblo en dirección norte y accesible para llegar en coche, se encuentra Cala Deià. Es una pequeña ensenada rocosa con dos restaurantes que ofrecen unos recomendados platos a base de pescado fresco. Después a unos 5 km., hay otra playa que se llama Lluc Alcari, donde algunas personas practican nudismo y a la que solo se puede acceder, mediante embarcaciones o a pie.

Si lo que se pretende en gozar de unas vistas insuperables, hay que llegar hasta el “Mirador de Na Foradadasituado en lo alto de un acantilado, en la carretea que rodea la costa y que va de Deia a Valldemossa. Muchas personas suben hasta allí con el único propósito, de contemplar los atardeceres qué son del todo espectaculares.

Con referencia a los principales eventos, debemos detallar que el pueblo da su nombre a un importante evento de tipo cultural-musical el “Deià International Music Festival, que se celebra cada verano de mayo a septiembre en “Son Marroig”, con variados conciertos de orquestas y músicos internacionales.

En cuanto a la oferta cultural se ha convertido en una sociedad multicultural donde se encuentran, se encuentran algunas galerías de arte, museos, l, Ca n’Alluny (casa de Robert Graves) y también debemos mencionar Tertúlia@Deià, que se trata de una celebración anual del festival que se organiza desde el año 2.004, dedicada a la literatura, la música y el arte. Las fiestas patronales se celebran cada año el 24 de junio en honor de Sant Joan Baptista. Por último, hacer referencia a la Asociación de Veïns de Deià, formada en el año 2.000, editada por la revista s’Encruia y que se viene publicando en catalán, español e inglés.

También es de cierta notoriedad, el libro «Mallorquins, estrangers i forasters» de la autora Jacqueline Waldren, antropóloga americana y viuda de William Waldren (fundador del Museo Arqueológico de Deià).

Las personas que decidan establecerse en esta localidad tendrán como vecinos algunas personas celebres como: Michael Douglas, Sir Andrew Lloyd Webber, Mike Holyfield y la destacada relación públicas, Lynne Franks. Los precios de las posesiones pueden ser algo elevados, pero están totalmente justificados, debido a su excelente ubicación, vistas, incomparables paisajes y también al relax, que uno puede encontrar en estos parajes.

Artículo redactado por Maggy Barceló y algunas imágenes de Pep Bonet, colaboradores

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