Historias de la Tramuntana: Calvià (1ª Parte)

Historias de la Tramuntana: Calvià (1ª Parte)

Capítulo I

Llegamos a este municipio situado en la parte occidental de la isla, con una superficie aprox. de unos 150 km., que limita por el norte con el pueblo de  Puigpunyent/ Estellencs, por el noreste con Palma, Andratx por el oeste llegando hasta la sierra de “Na Burguesa” y por el sur, sureste y suroeste con el mar Mediterráneo. Su costa se extiende desde el cabo Andritxol, hasta la zona de Illetes, con una extensión abrupta de unos 55 km. También cuenta con diferentes islotes como: “El Sec, Ses Illetes, Sa Porrassa, Sa Caleta, D’en Sales y D’estenedor”, aunque el más relevante es “Es Malgrats”, que está declarado como “Zepa” (cinturón especial para protección de aves) y que tiene unos 2 km., situado sobre bonitos acantilados de reservas naturales y con una significativa cantidad de flora, fauna e importantes campos de posidonia. Otra pequeña isla es el “Toro” y con este mismo nombre en unos terrenos que reciben el nombre de “Penyes Rotges”, se encuentra una urbanización residencial, que cuenta también con un bonito puerto deportivo “Port Adriano”. Luego finalmente, encontramos un islote más pequeño que recibe el nombre “Des Conills”.

El origen de su nombre resulta algo confuso, pero mientras unos piensan que puede proceder del latín “calvianum”, otros opinan que puede descender de la palabra “Caluus”, que significa arder. ​

Antiguamente estuvo ocupado por diferentes pueblos, aunque los primeros corresponden a la edad de piedra, seguida de la de bronce (periodo más antiguo relacionado) y del que se han obtenido restos arqueológicos, época donde las edificaciones se solían construir con forma de herradura y las tumbas incrustadas en las mismas rocas arenosas. Este ciclo luego sufriría una evolución que desembocaría en la “Cultura Talayótica”, aunque la última cultura fue la “Época Post talayótica”, tiempo en el que se produjeron grandes cambios con referencia a la agricultura.

La historia de la isla tiene muchas connotaciones musulmanas, ya que en el año 903 fue conquistada por el general árabe Issam Al-Khawlani, bajo la protección del emir de Córdoba Abd Allah, que la bautizó con el nombre de “Madina Mayurqa”. Después de este periodo, paso a manos de otros árabes “Los Almohades” para terminar, formando parte de los reinos de Taifas. Tanto los árabes, romanos, bárbaros, como bizantinos fueron dejando a su paso en todo el archipiélago, sus respectivas huellas. En la zona de Santa Ponsa podríamos destacar al respecto los restos de una villa romana conocida como “Sa Mesquida” y que aún conserva un horno que se utilizaba para fabricar cerámica. ​

La época islámica, puede dividirse en función de su historia política y colectiva en cinco periodos: califal, la taifa Denia, taifa de las Baleares, época almorávide y por último la almohade.

Es importante hacer constatar que la región dispone, de numerosos yacimientos arqueológicos, donde se localizaron restos cerámicos de procedencia musulmán y romana, lo cual hace pensar que esta construcción se levantó sobre una alquería árabe.

Al escasear el agua en toda la región, se tuvieron que realizar cimentaciones a base de túneles, galerías, minas y acequias para drenar las aguas subterráneas y llevarlas hasta los cultivos. Este sistema de conductos de origen islamita se llama “Qanats”. Algunas de estas redes hidráulicas son: “Sa Font de Sa Corriola”, “Font des Beat Ramón Boronat”, “Es pou nou d’es Capdell” y “Torre den Boira”. También hay que resaltar un laborioso sistema de ingeniería para el agua (en Bendinat) y una fuente pública (en Capdellá).​

A la entrada de la población, están las antiguas casas y el parque arqueológico “Puig de Sa Morisca” que cuenta con restos y yacimientos, tales como los de “La Villa romana de Sa Mesquida”, “Ses Abelles” o “Es Turo”. Debido a su cercanía con el mar (dispone de unas 35 playas y calas) y la zona se quedó dividida en dieciocho núcleos de población:

Calviá: 

Capdellá, que se considera el segundo pueblo más antiguo y que es una pequeña localidad del interior situada bajo el “Galatzó”, donde al llegar, uno tiene la sensación de que el reloj se ha detenido. En sus alrededores se encuentran muchas posesiones, grandes fincas y la iglesia “Nuestra señora del Carmen”, cuyo origen proviene de la unión de los jornaleros agrícolas y del obispo de Barcelona, que disponía de un sistema de pariatge con el rey; Santa Ponsa, distrito con gran carga histórica, pues es donde en 1.229 se produjeron los desembarcos y primeros enfrentamientos entre los cristianos al mando del “Rey Jaime I de Aragón“ y los musulmanes dirigidos por “Abú- Yahya”. Los árabes tuvieron que modificar su ruta, ya que su plan inicial consistía en comenzar el ataque por la bahía de Pollensa, pero debido a los grandes vientos que azotaron la zona en aquella época, no pudieron llegar hasta allí y se vieron obligados a dirigirse a este otro punto. Cerca del mar se encuentra una cruz que conmemora el desembarco de las tropas cristianas “La cruz Del Desembarco” y una capilla “Capella de la pedra” (capilla de la piedra), que es una pequeña construcción neorománica, situada en la ladera y su curiosidad es que conserva aún la piedra, donde el Rey Jaime ordenó la construcción de un altar, para celebrar una ceremonia al inicio del combate. Anualmente en la comarca, se vienen celebrando unas fiestas conmemorativas al desembarco de las tropas y que están catalogadas como el acontecimiento cultural/ festivo más representativo del municipio. Durante esta celebración se revive y escenifica el desembarque de los cristianos en la playa, así como un simulacro de la batalla. Para acompañar la fiesta, se sacan al exterior dos grandes figuras ataviadas con trajes de la época y construidas en 1.999 por Vicente Alberola; Peguera, donde los habitantes actuales son en su mayoría germanos o británicos y lugar donde en octubre, se celebra una versión de la fiesta Bávara “Oktoberfest” originaria de Múnich (festejo con tradición de unos 200 años) y donde en cantidades considerables, se consume tanto cerveza como productos bávaros. Posteriormente en el año 1.343 y con la misión de integrar el Reino de Mallorca a la Corona de Aragón, llegó a este pueblo “Pedro IV El Ceremonioso”. También se encuentra instalada en esta localidad, una de la oficinas de “ Atención al Ciudadano para la época estival, denominadas S.A.T.E.” (Servicio de Atención al Turista Extranjero) ; Luego está Sol de Mallorca; Galatzó, otra zona residencial construida a finales de los setenta, ubicada en el predio “Son Pillo” y que cuenta con un polígono industrial que se llama “Son Bugadelles”. En este polígono también se halla el departamento principal de “La Seguridad Ciudadana” competencia a cargo de la Guardia Civil y una de las dependencias de la Policía Local; También cabe hacer una especial mención a la  emisora de radioaficionados “Asociación Radio Cultural de Calvià”, que en casos de emergencia, supone un positivo soporte para las fuerzas del orden y protección. ; El Toro, que es una punta prominente con apartamentos construidos en los mismos acantilados y donde puede observarse una cueva con tres entradas, en unos terrenos que reciben el nombre de “Penyes Rotges”. Dispone de un puerto deportivo “Port Adriano” y una pequeña playita construida artificialmente: Portals Vells (Portales viejos), lugar desde donde se cree que se extrajeron bloques de piedra, para la construcción de la catedral de Palma; Son Ferrer, sitio escogido por los primeros emigrantes que llegaron a la isla. Tiene yacimientos como las cuevas de son Ferrer y junto a la urbanización “Son Ferrer”, está el “Campo de Golf Poniente” formado por unos 18 hoyos y rodeado con bosques de olivos, pinos, unos siete lagos y varias fortificaciones subterráneas utilizadas para defensa (bunkers); Palma Nova; La Porrassa; Sol de Mallorca, donde anteriormente se encontraba un casino de juego, con cena espectáculo y que posteriormente fue trasladado a la capital. También dispone de un pequeño embarcadero deportivo; Magalluf, donde destacaríamos una zona llamada “Punta Ballena “, lugar que actualmente se ha convertido es una zona un tanto conflictiva, sobre todo debido al turismo inglés que se instala allí con la única idea, de tomar alcohol y realizar desenfrenadas fiestas. En sus terrenos está ubicada una famosa macro discoteca “BCM Planet Dance” contemplada antaño, como una de las más grandes de Europa y donde podemos contar como curiosidad, que es donde la “Spice Girl Geri Halliwell” estuvo actuando de bailarina, antes de formar el grupo musical que se hizo famoso. También destacó el disk jockey internacional “DJ Sammy”. Otro lugar original que ofrece cena espectáculo es “Adventure”. Asimismo, destacaríamos el parque temático “Katmandú”, original complejo de actividades/ atracciones, que se distingue de lejos por su original arquitectura exterior, que simula una casa invertida. Entre sus atracciones cuenta con un cine 4D, gran cantidad de piezas coleccionables, juegos y diversos entretenimientos, que hacen las delicias tanto de niños como mayores. En este distrito está ubicada también otra de la oficinas de “ Atención al Ciudadano para la época estival, denominadas S.A.T.E. (Servicio de Atención al Turista Extranjero); Luego, a unos 800 m. está La Porrassa que cuenta con los parques acuáticos “Aqualand y Western Waterpark”, junto a la instalaciones de karts profesionales y que posee una torre de defensa situada a unos 40 m. sobre el mar, construida en 1.595 con marés y piedra; Palmanova, que fue una de las primeras zonas turísticas que se edificaron y que se encuentra ubicada dentro unos terrenos que antiguamente pertenecía a la finca “Ses Planes” y aunque la idea original era construir únicamente una zona residencial, luego el proyecto tuvo que suspenderse debido al inicio de la guerra civil española; Portals Nous, lo más destacable es que dispone de un propio puerto deportivo que se llama “Portals” y que se ha convertido en uno de los rincones preferidos por personajes famosos o pertenecientes a la alta burguesía. En una zona llamada “Patio de los Silos” se halla una ermita neogótica que fue diseñada por el arquitecto Antonio Sureda Villalonga; Bendinat, que aunque su nombre realmente proviene del árabe, también dispone de su propia leyenda ya que según se cuenta, esta denominación se debe a que después de la cruel batalla de la Reconquista, el Rey Jaime y sus acompañantes decidieron pasar la noche en el Castillo Bendinat, que se trata de una construcción neogótica del siglo XIX edificado por orden del “Marqués de la Romana” y actualmente situada en las afueras, cerca de la autopista. Entonces para comer, fueron agasajados únicamente con un pan, ajos y un poco de aceite, al terminar el monarca (no sabemos si convencido o con un cierto sarcasmo) dijo: “Ben dinat” (en castellano bien comido); Luego está Illetes, que tiene su nombre a causa de los tres islotes que la conforman “Sa Caleta, Sa torre y S’Estenedor”. Tiene una torre de defensa de 1.580 y destaca un fuerte militar del siglo XIX. Por esta demarcación han pasado personajes célebres, como “El Rey de Arabia Saudí, Richard Nixon, Rita Hayward o Tyrone Power” entre muchos otros. Al lado está, C’as Catalá, que hace de frontera con la capital y su nombre proviene de un catalán que fijo su casa y un mesón allí. También destacaríamos La Costa de La Calma, que se trata de otra bonita zona residencial con playas de piedras como la de “Cala Blanca” y con varias entradas rocosas al mar y por último Costa D’en Blanes, que se divide en dos partes. Una llena de residencias cerca de la Sierra de “Na Burguesa” y la otra en la parte costera compuesta por centros turísticos.

Antiguamente llegaron marineros a través del mar y aunque en principio solo pensaban hacer escala para seguir hacia la península, donde se dirigían para comercializar con metales, luego atraídos por el paisaje y características de la región, cambiaron de planes y decidieron quedarse a vivir en este distrito, construyendo pequeños poblados en las costas. Venían de Italia, islas del mediterráneas o de Oriente, convirtiéndose en los primeros habitantes de la isla. La historia se refiere a esta etapa, como “Cultura de las Cuevas” debido a que estos navegantes utilizaban las grutas como habitáculos, así como también para sus recintos funerarios.

Luego, cuando se llevó a cabo la partición de la isla, este territorio se adjudicó a Berenguer de Palou (obispo de Barcelona). Este reparto causo muchas confrontaciones con los mismos nobles que habían intervenido en la campaña, hasta que se acordó una fórmula que consolidaba los derechos feudales. Como los conquistadores procedían de diversos lugares y con diferentes implicaciones, las tierras conquistadas fueron repartidas entre familias procedentes de lo que actualmente seria Cataluña y que en aquellos tiempos pertenecían al Reino de Aragón. Entonces como habían muchas bajas originadas a causa de los estragos de la guerra y no había suficiente mano de obra autóctona para llevar a cabo las labores de agricultura, en el año 1.229 (después de la conquista de Jaime I), se colonizó el terreno con colonos catalanes, que llegaron portando su cultura y el idioma que intentaron establecer, aunque no lo consiguieron totalmente ya que los Mallorquines oriundos, ya disponían de su propia lengua. Un año más tarde se redactó “La Carta de Franquezas”, cuyos privilegios trajeron aún a más repobladores procedentes de Cataluña y mayormente de la zona del Ampurdán.

Este municipio desde el año 1.248 ya contaba con su propia iglesia llamada “San Juan Bautista”, dedicada a este Santo. El edificio sufrió diversas reformas y luego se derrumbó la antigua iglesia y se comenzó una nueva construcción, que al poco tiempo tuvo que detenerse. Las obras se reiniciaron en 1.890 y concluyeron seis años después, con un resultado de una mezcla de estilos, aunque destacando el neoclásico. El templo consta de una sola nave central, cinco capillas secundarias dedicadas a diferentes beatos. El altar formado por un arco con esfera en forma de molusco. El claustro está conformado por cinco bóvedas con decoración floral. Sobre el porche, se halla una moldura de Jesús en el huerto Getsemaní y en los lados, diferentes nichos de Santa Paula, Santa Rita y San Francisco. Coronando la entrada, se puede ver a el arcángel San Miguel, después de su victoria con Lucifer. Sobre el año 1.595 la iglesia se encontraba aislada, pero poco a poco se fueron construyendo alrededor, las viviendas que conformaron el pueblo urbano. En el siglo XVI contaba con una torre de defensa. En la misma época se veneraba la imagen de la Mare de Déu Dels Dolors y el edificio tiene una capilla dedicada a San Sebastián, al cual se le atribuye el milagro de salvar al pueblo de la gran epidemia (peste) que azotó la isla, a pesar de que se extendió por muchos lugares y pueblos cercanos.

En 1.285 durante el reinado de “Jaime II de Aragón” (segundo hijo de Jaime I), la aldea se erigió como villa, aunque para entonces ya estaba regida por su propio alcalde, que tanto debía cumplir órdenes del gobernador como las del propio monarca. Las parroquias y sus clérigos en aquella época se sostenían, mediante una parte de los impuestos procedentes de los agricultores y que se ocupaba de distribuir el propio Rey.

El sistema sanitario en su mayoría estaba cubierto por médicos judíos convertidos al catolicismo (en mallorquín se conocían como chuetas) y el hospital más próximo y fundado 1.303 por Jaime I, se hallaba en San Telmo.

Con referencia a los agroturismos (antes escasos) y que en estos tiempos han proliferado considerablemente, destacaríamos varios: las fincas “Son Malero”, construcción del año 1.430; “Mofarés”, cuyas estancias han respetado el aire tradicional y que tiene su propio molino de aceite y un curioso museo de herramientas. Otro a destacar sería “Son Boronat”, donde aún pueden observarse los sistemas de canales para riego, construidos por los árabes y hasta una torres de defensa del siglo XIV. Otro sería, la posesión “Es Burotell, que se trata de un bonito lugar, donde se organizan diferentes actividades regionales y peninsulares.

La mayoría de tierras, eran propiedad de unos pocos nobles, como el “Marques de la Romana” que contaba con unas 2.516 (entre Bendinat y Peguera) y con unas 1.000 en Andratx o el “Marqués de Bellpuig” que era el propietario de unas 4.376 hectáreas en Santa Ponsa. Otra pequeña parte de los que poseían algunas tierras, eran los llamados “Els Roters”, agricultores que vivían miserablemente y a quienes los señores, les habían entregado unas pequeñas porciones de terreno cerca del mar.

En el año 1.838 se inauguró la primera línea marítima, con travesías de barcos a vapor desde Barcelona a Palma, lo que motivó la llegada de visitantes tanto de la península como extranjeros y sin embargo a finales del siglo XIX, la pobreza hizo que muchos mallorquines tuvieran que emigrar hacia América, Argentina o Francia, aunque los emigrantes solían elegir el destino según su procedencia, como por ejemplo, los de Sóller solían preferir la parte de Francia y en cambio los de esta región preferían dirigirse hacia América.

Lo mismo que sucedía en otras partes de la isla, como sistema de defensa contra moros o piratas que constantemente atacaban él territorio, se construyeron torres de vigía y entonces cuando alguna nave enemiga se acercaba, los vigilantes avisaban enseguida a la población. Muchas de ellas aún se conservan, aunque en un estado de gran deterioro y amparadas bajo la protección de “Declaración genérica del Decreto” suscrito en las leyes de 1.949 y 1.985 (Patrimonio Histórico Español). Entre ellas se encuentran algunas como: Torre de Cala Figuera, ubicada a 20 metros sobre el nivel del mar y terminada en 1.582, estaba compuesta por dos cuerpos, uno de ellos con forma circular y donde se hallaba la estancia principal; Torre de Illetes, con forma redonda a la que posteriormente se le agregó otra parte a su alrededor a fin de aumentar el espacio, para instalar más piezas de artillería a modo de protección; Torre de Portals Vells, construcción situada a unos 25 metros sobre el nivel del mar, con forma cilíndrica, a unos cuatro metros del suelo y a base de argamasa de piedra mezclada con arenisca; Torre de Sa Porrassa, construcción de piedra y marés, compuesta de dos plantas terminada en el 1.616 y situada a unos cuarenta metros sobre el nivel del mar, compuesta por una cámara principal y una escalera caracol para subir a la otra planta superior; Castellot de Santa Ponsa, con forma también circular y con dos anillos de marés tallado semicilíndricos. Esta fue reforzada unos años más tarde y dispone de dos plantas, utilizándose la primera como estancia para la tropa y la segunda de polvorín; Torre des Cap Andritxol, construida en 1.582 a base de mortero, de forma tubular, con cámara principal abovedada y terraza superior a la que se accede mediante escalinata.

Como curiosidad contaremos que durante el siglo XVIII (1.701) hubo una gran sequía que motivo una mala cosecha, lo que provocó una gran época de hambruna. Entonces en 1.715 el Rey Felipe V, decreto el “Reglamento Nueva Planta” y mediante varias Leyes, la anulación de todos los privilegios que hasta entonces tenían los isleños. Hasta aquel momento, los jornaleros cobraban por su trabajo de cuatro a seis suledos (una docena de huevos ya costaba uno y medio) y afortunado era el que podía encontrar un poco de trigo. Desde entonces, cada ciudadano, recibió dos monedas (independientemente de los miembros que tuviera la familia). Era tanta el hambre, que como muchos no tenía ningún acceso a la carne ni a otras provisiones, debían conformarse con unas tristes hierbas hervidas para alimentarse.

Antaño las labores más tradicionales de todos estos pueblos, era la agricultura, con la recogida de oliva, leña y carbón. Para llevar a cabo estas tareas, las niñas cuando cumplían unos diez años ya solían ponerse a trabajar en los campos junto a sus madres y otras aldeanas, empezando sus jornadas al amanecer y terminándolas al anochecer, acompañadas por los carros que llevaban las cosechas y por un capataz que a caballo las escoltaba y al mismo tiempo vigilaba los campos. Estas labores eran difíciles debido a la escasez de medios en unos tiempos muy duros, teniendo que soportar además a menudo, la crueldad del mayoral, que en el caso de que se hubieran olvidado alguna aceituna, las obligaba a volver a recogerla para regresar a pie, aunque el carro regresara casi de vacío. Con referencia a estos hechos nacieron las denominadas “Canciones de la recogida de aceituna”. En cuanto a los hombres, mientras ellas se cuidaban de la recolección, ellos sacudían las ramas de los árboles y tallaban la leña para venderla a los hornos de pan y alfarería. Estos trabajos de limpieza y tala ayudaron a que durante muchos años no hubiera incendios en los bosques. En invierno para combatir las temperaturas llevaban unas pequeñas piedras “Macs de Torrent” que recogían en torrentes y después de calentarlas en el fuego, las envolvían en telas para poder caldearse las manos con ellas. Relativo a este suceso, hay una frase curiosa popular que se emplea para solicitar algo a otra persona y que dice: ” Amolla es mac” (suelta la piedra).

Debido a la aspereza de sus tierras, la actividad agrícola era bastante primitiva y básicamente se dirigía a los almendros, algarrobas, olivos y varias clases de cereales y en cuanto a la ganadería, se basaba en cabras u ovejas. En lo referente a la vegetación, los pinares se destinaban para la obtención de leña. Las diversas calas que conforman el paisaje y debido a su escaso calado, únicamente se usaban como refugio del mal tiempo, para las pequeñas barcas de los pescadores, pero no como actividad portuaria. La excepción era con la de Santa Ponsa, que fue la única destinada para el comercio y regularmente se utilizaba para transportar almendras.

El suministro alimentario se realizaba mediante los productos obtenidos del propio huerto (hortalizas, verduras, animales de granja, aves de corral, leches de ovejas y cabras). Eran muy pocos los que podían tener una vaca en propiedad, aunque solían comer embutidos obtenidos de las matanzas de cerdos que organizaban en sus casas. Normalmente tenían dos animales, uno que engordaban para comer y otro que destinaban para la venta.

Para sus desplazamientos a la capital u otras localidades, utilizaban carros y luego posteriormente, se construyeron los autocares que se llamaban “correu” (correo).

Hablando de flora, casi la mitad del terreno está formado por bosques y garrigas. La mayoría con pinares, almendros, olivos, madroños, higueras y algarrobos, aunque en algunas posesiones, también se cultivan cereales. Merecen especial interés algunas especies de plantas como “La violeta De Penyal “ y el “Clavel Silvestre” (originario de la cuenca mediterránea), cuyo nombre recibe por crecer solo en los bordes de los precipicios.

En menor medida, su economía se basaba en la agricultura, principalmente olivos, algarrobos (Ceratonia silicua) y almendros. En ganadería, cerdos, ovejas y también una notable variedad de pesca. En su extensión existen numerosas masías que antaño constituían las fuentes de abastecimiento alimenticio para la población y sólo existían dos empresas productoras de cemento y de yeso.

Causa un cierto interés conocer que en aquellos tiempos primitivos, los isleños eran personas muy creyentes y supersticiosas en todos los temas, referentes a leyendas e historias y la región era muy propicia para ayudar a fomentarlas. Una de las cosas que imaginaban, era que los espíritus de las personas que se habían alejado y habían fallecido, regresaban a sus hogares para vigilar todo lo que sucedía en ellos y asimismo también para vengarse de los herederos, en caso de que estos se atrevieran a realizar algún cambio en las casas. Al mismo tiempo, siempre atribuían cualquier ruido o paso de algún desconocido por sus tierras, con la idea de que era fruto de los fantasmas. Estas historias marcaban a los niños ya desde pequeños, pues a menudo sus padres les contaban cuentos llenos de seres mezquinos y terroríficos que los asustaban. Uno de estos relatos, era “María Enganxa”, que era una bruja que vivía en el interior de los pozos, esperando que los pequeños se asomaran para agarrarlos y tenerlos prisioneros durante toda la eternidad. También estaba los demonios “Biets”, que eran espíritus obsesionados con el trabajo y los alimentos, que volvían locos a todos los que se aparecían, ya que constantemente requerían comida y tareas sin parar. Otra era “Na Merdisa” que tenía el don de transformarse en feroces animales que se comían a los más pequeños. Con referencia a estas historias, la de mayor relevancia era la referida al fantasma del “Comte Mal”, que según contaba la leyenda, se solía aparecer cada noche durante la noche de San Juan envuelto en llamas y sobre su gran caballo, para asustar a todos y especialmente a las doncellas vírgenes, cuando se encontraban tranquilamente durmiendo en sus hogares…

Sobre las posesiones mallorquinas queremos hacer un guiño a los compañeros de la Fundación Itinerem y también comentar que el Comte Mal ha tenido a bien aparecerse en la red social Twitter con un perfil donde se pronuncia y continúa latente… (si si, ¡como lo leéis!) : https://twitter.com/Comte_Mal

 

© Artículo redactado por Maggy Barceló y algunas imágenes de Pep Bonet, colaboradores

 

 

 

 

Historias de la Tramuntana: Valldemossa

Historias de la Tramuntana: Valldemossa

Hoy llegaremos hasta este municipio, Valldemossa, que está considerado como uno de los más bonitos y pintorescos de la Sierra de Tramuntana y cuyo nombre proviene de un antiguo terrateniente moro de nombre Muza.

Aunque en ocasiones la isla de Mallorca solo sea únicamente considerada por algunos, como un equivalente a sol, playa y fiestas, también cuenta con otra parte muy importante por descubrir como este, un rincón lleno de belleza, encanto y magia, donde uno se siente embargado por una paz y una tranquilidad, que afloran las sensaciones y consiguen hacer casi retroceder en el tiempo. A pesar de que es un municipio muy visitado y con alto grado de turismo en el centro del pueblo y sus monumentos, sigue conservando una paz y belleza que convierte a Valldemossa en todo un referente de nuestra Isla.

Esto es lo que ocurre con este hermoso pueblo situado a 2 km. de la costa, insertado entre las montañas, formado por calles empedradas, lleno de valles, jardines, bosques con almendros, olivos, robles y que a pesar de su cercanía con la capital (15 minutos) uno al aproximarse, tiene la sensación de adentrarse en otro lejano y fantástico mundo.

Está formado por una población de unos 2.000 habitantes y al ser una de las zonas más cotizadas, está compuesto por mansiones de alto nivel, como por ejemplo la residencia histórica adquirida por integrantes de la familia Swarovski. Muchos de sus residentes son artistas, gentes de alto grado adquisitivo, ciudadanos con casas trasmitidas durante generaciones o personas que sólo buscan tranquilidad y quieren escapar de grandes bullicios.

En las proximidades se encuentran algunas urbanizaciones, como “George Sand”, que está considerada exclusiva y con precios bastante altos.

También es interesante para visitar, el mercado semanal tiene lugar todos los domingos, donde tanto turistas como isleños pueden conseguir variedad de productos originarios y de gran calidad.

Para los amantes del deporte es ideal el terreno, para organizar caminatas, senderismo, escaladas, ciclismo, equitación e incluso golf (se encuentran varios campos a escasa distancia).

Para los mallorquines, esta comarca tiene un vínculo especial por ser el lugar de nacimiento el 1 de mayo de 1531, de la única Santa de la isla: Santa Catalina Thomas” patrona de Mallorca, conocida por los lugareños como “Sa Beateta”. beatificada el 3 de agosto de 1792, canonizada el 22 de junio de 1930 y fallecida en 1574. Era la sexta de seis hermanos, hija de una familia campesina, conocida por todos por su humildad, generosidad y poderes clarividentes para prever el futuro. Cuando tenía 21 años tras la muerte de sus padres, ingresó en la orden Agustinas de clausura (convento de Santa Magdalena de Palma). La calle Rectoría número 5 del pueblo (lugar de su nacimiento), se ha convertido casi en un verdadero santuario y en el mismo pueblo, muchas casas tienen colocadas en sus puertas, placas con su imagen implorando sus oraciones. La fiesta más famosa local es la de “Sa Beata”, que se celebra el día 28 de julio de cada año, donde el pueblo engalana sus calles mediante coloridos ornamentos, se organizan procesiones, cabalgatas y bailes, donde la mayoría de los participantes, asisten ataviados con atuendos regionales.

La cartuja de Valldemossa es un sitio de los más visitados. Es un palacio de estilo neoclásico rodeado por arcos blancos, pasillos que conducen a pequeñas celdas, que en realidad son minúsculos museos, impresionantes jardines, una iglesia, una antigua farmacia donde aún si uno se evade un poco, casi puede oler los aromas de hierbas, una biblioteca que era el lugar habitual de reuniones semanales de los monjes, un museo de arte moderno con obras de “Picasso”, “Miró” y “Juli Ramis”, un monasterio que se llama “Palacio del Rey Sancho”, construido en el siglo XIV, que fue un obsequio de los Monjes Cartujos y un museo dedicado al músico/ compositor polaco “Frédéric Chopin”. El lugar suele ser visitado durante todo el año, ya que dispone de una amplia oferta musical y cultural, como el “Festival de Chopin”, que se celebra el 24 de agosto y durante la segunda fiesta más importante del pueblo que es la de “Sant Bartomeu”, patrón de Valldemossa el pueblo se transforma en todo un lugar de culto a la música clásica. Actualmente en sus jardines, se realizan numerosos conciertos destacados, como el del pianista “David Gómez”, que anualmente suele ofrecer sus fascinantes conciertos a la luz de un piano y 200 velas.

Esta población probablemente sea la más conocida de la zona, precisamente debido a la influencia que tuvo el paso por la aldea de “Frédéric Chopin” y su amante la escritora francesa “Aurore Dupin” (conocida con su pseudónimo “George Sand”), ya que estuvieron instalados un invierno (1838-1839) en una de las celdas del monasterio por prescripción médica (él padecía tuberculosis), aunque su estancia no fue lo satisfactoria que esperaban, debido en parte a las grandes lluvias, humedades y vientos que azotaron el territorio durante aquella época, cosa que no ayudó nada a su mejoría y por otro lado, a la mala acogida que tuvieron por parte de los vecinos del pueblo, que como en aquella época eran gentes con mentes muy cerradas, no veían con muy buenos ojos aquella relación y además tampoco aprobaban la actitud de ella, que era una mujer muy adelantada a su tiempo y con costumbres inusuales para las mujeres de la isla. En este periodo la escritora escribió el libro “Un invierno en Mallorca” que fue un superventas traducido en varios idiomas y donde quedó reflejada su mala experiencia con los habitantes.

El músico por su parte, aprovecho este periodo para componer bastante música y entre ella, la mayoría de sus 24 preludios. En la actualidad en la celda número cuatro del monasterio (lugar donde estuvieron instalados), se ubica el “Museo De Chopin”, que aún conserva varios instrumentos originales, como su célebre piano.

Continuando haciendo un poco de historia, cabe destacar que en el año 1.867, llegó a la isla el archiduque “Luis Salvador de Austria”, quien a primera vista se quedó tan enamorado de la belleza del entorno, que desde su llegada dedicó su tiempo a adquirir, restaurar y acondicionar un gran número de fincas de la zona (palacio de “Son Marroig”), construyendo también, a fin de hacerlas asequibles, una amplia red de caminos, así como numerosos miradores, donde poder admirar las impresionantes vistas y acantilados. También dedicó parte de sus largas estancias, a elaborar cantidad de estudios, dibujos y conocidos escritos sobre el archipiélago como el “Die Balearen”.

Posteriormente durante el siglo XX, la ciudad se modernizó formando un nuevo trazado urbano y construyendo una nueva carretera que comunica el pueblo con la ciudad de Palma, con lo que el pintoresco pueblo creció considerablemente y desde entonces quedó mejor comunicado con el resto, atrayendo gran cantidad de poetas, escritores y personas ilustres como por ejemplo: “Santiago Rusiñol, Miguel de Unamuno, Rubén Darío, Azorín, el político Antoni Maura, o pintores como Coll Bardolet, Eliseu Meinfren, Joan Fuster, Zupan, Burwitz, Carlos Mogueria, Torcigliani. Etc.”.

Personajes notables que llegaron atraídos por la luz intensa, sus paisajes, amaneceres y puestas de sol, que muchos intentaron reflejar de diferentes formas en sus distintas obras. Muchos de estos artistas, se alojaban en el “Hotel del Artista”, institución familiar y regentado por la familia Estarás. En este mismo local, se constituyó en el año 1.925 el Parado de Valldemossa, cuyo fundador fue Bartomeu Estarás Lladó (propietario del hotel). En 1.950 se formó el grupo musical “Los Valldemossa”, que motivó a la recuperación del baile folclórico mallorquín.

También es importante resaltar la importancia que ha tenido para la región el centro cultural “Costa Nord”, fundado por el actor “Michael Douglas”, y que funciona como sede de la misma fundación. El actor también es el dueño de una extensa y conocida propiedad situada cerca del mar. Los visitantes de centro pueden visualizar un video con narraciones de este “Douglas”, degustar productos autóctonos o conocer los diferentes bailes regionales.

No podemos hablar de este pueblo sin hacer una especial mención a un negocio familiar de maestros artesanos especialistas en dulces tradicionales y representativos de la isla. Negocio fundado en 1.920 y que actualmente está regentado por su tercera generación. Nos referimos a la panadería/ pastelería “C’an Molinas”, donde continúan produciendo sus deliciosos dulces con recetas secretas antiguas, materias de primerísima calidad, cocidas en el mismo horno tradicional moruno a base de leña y que les proporciona este sabor tan especial. Entre algunas de sus especialidades destacaríamos: El famoso gató de almendra o avellana (que suele acompañarse con helado), ensaimadas, empanadas, mantecados, robiols (pasta rellena de confitura, requesón o cabello de Ángel), buñuelos, cuartos (pastas de masa esponjosa con forma cuadrada), pero de todos ellos, el dulce más representativo tanto dentro de la comarca como fuera, es la “coca de patata”, que es una especie de bollo dulce que antiguamente se hacía de una sola pieza y que luego a través de los años, además de mejorar su fórmula, se modificó a un formato individual. Como su nombre indica, tiene la patata como principal ingrediente. En invierno suele tomarse acompañada con un chocolate espeso caliente y en épocas más cálidas, con un helado de almendra preparado con frutos secos autóctonos. También son deliciosas unas tortas que elaboran con la misma pasta, pero cubiertas con sobrasada o pimientos rojos dulces. Esta última tal vez no sea tan conocida y hay que encargarla, pero podemos asegurar, que vale la pena probarla…

En la cima de Valldemossa, se encuentra el Puig des Teix, que es uno de los picos más visitados por los excursionistas en esta cadena montañosa. Es una ruta un poco complicada y que tiene una duración de casi cinco horas de trayecto.

También es interesante visitar la finca agrícola de “Son Moragues”, construcción de unos 700 años de antigüedad y situada en las afueras del pueblo. Su producción de aceite de oliva (variedad 100 % mallorquina) sigue siendo en la actualidad importante, sus mermeladas ecológicas, aceitunas y conservas que pueden adquirirse directamente en la finca, son exquisitas.

A una distancia de 4 Km. del centro, se encuentra el “Caló de s’Estaca”. Se trata de una pequeña cala muy estimada entre los excursionistas, senderistas. pescadores o por los mismísimos isleños. Para llegar, se tiene que descender desde el “Monasterio Miramar” y seguir la marcha por un tortuoso sendero, que no es del todo aconsejable recorrer con vehículo. Es una excursión un tanto accidentada, aunque el esfuerzo se ve recompensado al llegar y poder disfrutar de sus aguas turquesas, totalmente cristalinas. Normalmente los senderistas lo recorren andando. La parte positiva es que como durante el trayecto hay varias encinas, se pueden encontrar espacios para cobijarse. Allí tenía una casita para fines de semana “Xesc Forteza”, que fue unos de los cómicos más notables mallorquines.

Valldemosa no es una localidad de costa, aunque está muy cerca del mar (solo a 7 kilómetros) y como muchos otros pueblos de la isla, también tiene su propio pequeño puerto de amarre para botes pequeños, con una playita de piedras pequeñas (Cala Sa Marina) y un bonito restaurante que se llama “Es Port”, con comida tradicional en un entorno incomparable.

Con referencia a la restauración puede ofrecer muchas opciones, desde las de diseño más elaboradas para exigentes, como otras muchos más rústicas, tradicionales o representativas de la isla.

En el caso de preferir saborear cocina/ fusión en un ambiente especial, entonces hay que probar “Casa de Sa Miranda”. Emplazado en el edificio que antiguamente era la entrada al La Cartuja. Ofrecen manjares de gran calidad y en un entorno sin grandes aspiraciones.

“Es Roquissar” es el sitio ideal para un largo almuerzo en la plaza principal de la ciudad, con un bonito patio. El menú es innovador y tiene muy buen precio.

Luego en un lugar más recóndito y en una de las pequeñas calles del pueblo, está “QuitaPenas Valldemossa”. Se trata de un pequeño bar de tapas con sólo tres mesas que goza de gran fama. Muchos clientes (sobre todo jóvenes) suelen degustar un surtido de tapas en sus escaleras y sentados sobre cojines.
“Grand Café Cappuccino” en la plaza principal, donde se pueden tomar platos apetitosos sencillos de elaboración, diferentes tipos de cafés, diversos cócteles y buenos postres.

“C`an Costa”, restaurante instalado en un antiguo molino de aceite restaurado, con capacidad para unas 80 personas, cocina autóctona y sugerencias de mercado. Ideal para grupos y toda clase de celebraciones.

Si nos referimos a los hoteles de gran calidad, debemos hablar del Hotel Valldemossa, Se encuentra en un entorno privilegiado en lo alto de una colina, con unas vistas espectaculares, variados jardines, camas con dosel, vigas vista, arcos de piedra, acogedor balneario, cocina insuperable, un esmerado servicio, todo ello acompañado por un ambiente que desprende cierta dosis de magia y que es ideal para cenas sentimentales o románticas. El precio, no es demasiado asequible, pero uno sale complacido por la calidad, entorno y trato recibido.

Petit Hotel de Valldemossa”. Se trata de un edificio de piedra mallorquina, con gran terraza, espaciosa biblioteca, agradable sala de estar y que esta regentada por una pareja de complacientes y atentos empresarios.

Hotel “Mirabó de Valldemossa”, con cuatro estrellas, es un edificio de piedra (siglo XVI) de color amarillento que está a un lado del valle. Tiene 8 habitaciones decoradas con gusto y piscina con espectaculares vistas. Este negocio es de gestión familiar y es un rincón sumamente apreciado.

«Hotel “Sa Vall”, finca con aire tradicional, que cuenta con 7 habitaciones con espectaculares jardines que rodean una piscina. Ofrece un ambiente entrañable y muy cálido.

Otro ejemplo, es una casa antigua señorial situada en las afuera Finca Son Brondo”. Está compuesta por 4 dormitorios y suelen alquilarla tanto para celebraciones, como completa para grupos de hasta 15 personas.

Un nuevo y precioso concepto en este municipio es el Hotel Butique Cas Papà, que cuenta con 13 preciosas habitaciones y ha sido diseñado por Lluisa Llull ( muy apreciada en esta casa)

Por último, otra finca similar más pequeña en extensión, es Cas Garriguer , que dispone de 10 habitaciones y una seleccionada bodega para los amantes de los buenos caldos.

Es un pueblo tan pintoresco, bonito y mágico que casi es una cita obligada para todos los visitantes, un sitio que todos deberían conocer y un lugar en el que muchos soñarían instalarse…

Artículo redactado por Maggy Barceló y algunas imágenes de Pep Bonet, colaboradores