¡Quiero vender mi casa!

Se trata de una frase importante, que engloba muchas cosas. Cuando encargas la gestión de la venta de tu propiedad a un agente inmobiliario, pueden ocurrir muchos supuestos, y es importante aclarar las cosas.

Por una parte, a menudo los propietarios no piensan en la realidad, sino en lo que sueñan obtener de la venta. Pero la realidad suele ser muy diferente, y, al menos en nuestro caso y posición de #PersonalHouser, queremos asistir en estos aspectos también. Todo se basa en una buena comunicación con el cliente (tanto vendedor como comprador, pues en realidad, para nosotros ambos son nuestros clientes).

Debemos ponernos en el papel de ambos, por un lado, ofrecer lo mejor de esta propiedad para que el futuro comprador tenga la información clara, precisa y completa, por el otro, que el precio sea adecuado, la transmisión de la información también y que se trabaje la difusión. Eso es un trabajo de campo, que va más allá de simplemente captar la propiedad y subir una ficha básica y varias fotografías. Debemos asesorarle, hacer que esa casa muestre la realidad pero bien presentada, que esté limpia, ordenada, lo más neutral posible en los objetos personales, y que muestre todos los detalles que la hacen única. Ventilarla, abrir persianas, ordenarla, despejar los espacios, incluso barrerla es importante para su buena presencia de cara a la galería. Por supuesto la galería donde la vamos a exponer debe también presentar el mismo mimo y cariño, ya sea web, portal, escaparate, cartel, anuncio…

Nosotros particularmente optamos por un estilo de fotos muy reales y cercanas, con mucho detalle, y abundantes, porque queremos mostrarla completamente y tal y como es. También trabajamos mucho nuestra web, y nuestras fichas de propiedades, emotivas, personales, bonitas, realistas… Comprar/vender una casa es emocional, es gestionar felicidad, vida… Y por supuesto, debemos generar nuestro propio contenido y fotografías, no copiarlas de otros compañeros.

Además de todo ello, el estudio de mercado. No se trata de lo que uno quiere por la casa, sino de lo que en realidad vale. Si inflamos mucho su precio, no se venderá. Hay que tener en consideración que hay mucha mucha oferta, el mercado está saturado, no hay control en los precios y en estos momentos se percibe un estancamiento global que dificulta la posibilidad de venta. Por ello, debemos hacer un estudio y tasación para conocer la realidad, e informar al vendedor.

Aquí también influye otra parte de nuestro trabajo que es mimar al cliente (comprador) y asistirle en las informaciones y procesos, por eso, nosotros nos consideramos «Personal Houser«, como un «personal trainer», o un «personal shopper», para acompañarle de la mano en absolutamente todo lo que precise de la misma casa, y colateral en servicios que le faciliten la decisión y la vida. Particularmente ese vínculo que creamos con los clientes es lo que más disfrutamos de nuestro trabajo. Deben percibir que somos profesionales, que nos implicamos, que nos apasiona lo que hacemos, que ofrecemos propiedades justas en calidad-precio, que las contamos bien, que tenemos buen trato y confianza del vendedor…

Asimismo, a la  hora de anunciar la propiedad en cuestión, surge también otra gran duda sobre la exclusividad o anunciarla en infinitas inmobiliarias y/o portales. La exclusividad es un tema muy serio, pero es también una reflexión muy necesaria.

Os mostramos una infografía de nuestra manera de enfocarlo:

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